Unidos a la Vid: Scott Hahn reflexiona sobre el 5º Domingo de Pascua

Cristo, la Vid VerdaderaLecturas:
Hechos 9, 26-31
Salmo 22, 26-28, 30-32
1 Juan 3,18-24
Juan 15,1-8


En el evangelio de hoy, Jesús nos revela que él es la verdadera Vid, la fuente de vida divina y de sabiduría para las naciones de modo que en Él se cumple aquello que Dios quería para Israel (Si 24,17-24).

En el bautismo, cada uno de nosotros fue unido a Él por el Espíritu Santo. Como la rama de un árbol se desarrolla unida al tronco, nuestras almas reciben vida de Él, nutridas por su Palabra y Eucaristía.

San Pablo, en la primera lectura de hoy, quiere unirse a la expresión visible de la Vid verdadera que es Cristo: la Iglesia. Pero encuentra resistencia y sospecha entre la comunidad cristiana, pues anteriormente había encabezado asus perseguidores. Sin embargo, poco después fue conocido por sus frutos (Cfr. Mt 7,16-20) y por el poderoso testimonio de la obra que el Señor hizo por medio de él.

Nosotros también, como discípulos suyos, estamos llamados a producir buenos frutos para que glorifiquemos a Dios con nuestras vidas.

Sin embargo Jesús nos advierte que, si queremos dar fruto, hemos de esperar que Dios nos “pode”, como el jardinero hace con los árboles y arbustos para que crezcan más y den más fruto. Él nos enseña hoy cómo ver nuestros sufrimientos y pruebas: con los ojos de fe. Por tanto, necesitamosm ver nuestras luchas como esa “poda” que nos hace crecer en santidad y dar frutos de justicia (Cfr. Hb 12, 4-11).

Debemos mantenernos siempre enraizados en Él, como dice la epístola hoy. Permaneceremos en Él si obedecemos su mandamiento de amor; si meditamos sus palabras, dejándolas habitar en nosotros con toda su riqueza (Col 3,16); si buscamos hacer siempre lo que le agrade a Él. Para ello debemos ser humildes, recordando que si estamos separados de Él no podemos hacer nada (Cfr. Jn 15,5).

Como nos dice el salmo de este domingo, debemos cumplir nuestras promesas, volviéndonos al Señor en adoración y proclamando sus alabanzas hasta que todas las familias de la tierra conozcan su justicia.