Al Partir El Pan
Este domingo
La Voz del Pastor: Scott Hahn reflexiona sobre el 4º Domingo de Pascua
En el evangelio de hoy, Jesús dice que Él es el Buen Pastor que los profetas habían prometido a Israel.
Él es el Pastor-Príncipe, el Nuevo David, que libera a la gente de la esclavitud del pecado y la congrega a un solo rebaño, la Iglesia, mediante una nueva alianza hecha con su Sangre (Cfr. Ez 34,10-13, 23-31).
No tengan miedo: Scott Hahn reflexiona sobre el 12º Domingo de Tiempo Ordinario
Nuestro compromiso con Cristo será puesto a prueba.
Escucharemos murmullos de amenazas y denuncias, como Jeremías en la primera lectura de este domingo. Incluso los que consideramos amigos tratarán de capturarnos y hacernos caer.
Por su causa soportaremos afrentas y nos harán parias, incluso en nuestros propios hogares, según escuchamos en el salmo de esta semana.
Como nos dice Jeremías, debemos esperar que Dios desafíe nuestra fe y sondee nuestros corazones y mentes, para probar qué tan profundo es nuestro amor.
Reino de Sacerdotes: Scott Hahn reflexiona sobre el 11º Domingo de Tiempo Ordinario
Las palabras que Dios dice a Israel en la primera lectura, están dirigidas también a nosotros. La Iglesia es el cumplimiento de la alianza de Dios con Israel; un reino de sacerdotes y un pueblo santo (Dt 26,19; Is 62,12).
En la Iglesia, hemos sido congregados como el nuevo “Israel de Dios” (cf. Ga 6,16). Nos ha hecho su propio pueblo, el rebaño que cuida, como cantamos en el salmo de este domingo.
Palabra del ‘Padre que vive’: Scott Hahn reflexiona sobre la Solemnidad del Corpus Christi
La Eucaristía nos es dada como desafío y promesa. Así nos la presenta Jesús en el Evangelio de hoy.
Él no le facilita las cosas a quienes lo escuchan. Sus palabras provocan repugnancia en ellos y se sienten ofendidos con sus palabras. Incluso cuando empiezan a discrepar, Él insiste en describir con expresiones gráficas ese comer de su cuerpo y beber de su sangre.
Como Dios ama: Scott Hahn reflexiona sobre el Solemnidad de la Santísima Trinidad
Frecuentemente comenzamos la Misa con la oración tomada de la epístola de hoy: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con ustedes”. Alabamos al Dios que se ha revelado a Sí mismo como Trinidad, como comunión de personas.
La comunión con la Trinidad es la meta de nuestra adoración y el propósito de la historia de la salvación que comienza en la Biblia y continúa en la Eucaristía y en los sacramentos de la Iglesia.
Un viento impetuoso: Scott Hahn reflexiona sobre el Pentecostés
El don del Espíritu Santo al nuevo Pueblo de Dios es el acontecimiento que corona el plan de salvación del Padre.
La fiesta judía de Pentecostés convocaba a todos los judíos devotos a Jerusalén, para celebrar su nacimiento como pueblo escogido de Dios, bajo la Ley dada a Moisés en el Sinaí (cfr. Lv 23,15-21; Dt 16, 9–11).
Conociendo a Dios: Scott Hahn reflexiona sobre el 7º Domingo de Pascua
La primera lectura inicia cuando Jesús ha sido llevado al cielo. Sus discípulos, incluyendo los Apóstoles y María regresan a la sala de arriba donde Él celebró su Última Cena (cf. Lc 22,12).
Ahí, se dedican de un corazón a la oración, esperando al Espíritu que Jesús prometió que vendría sobre ellos (cf. Hch 1,8).
La unidad de la Iglesia primitiva en Jerusalén es un signo de la unicidad por la que Cristo ora en el Evangelio de hoy. La Iglesia ha de ser comunión en la tierra, espejo de la gloriosa unión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en la Trinidad.
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